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sábado, 2 de julio de 2016

La estatuta clandestina de Dracula





El Castillo de Vajdahunyad de Budapest en el folklore urbano está relacionado con el condé Dracula. Por la noche docenas de turistas buscan entre las murallas del edificio a Dracula. Guías turísticos cuentan historias de horror sobre Dracula. Algunos al final mencionan que el conjunto tiene poco que ver con Dracula o con Vlad Tepes. Pero los guías y los turistas vienen y molestan a los enamorados escondidos en los rincones poco visibles del palacio.
Vajdahunyad El edificio que servia también de ZOO humano en el siglo XIX sí que tiene una estatua con el "look" característico de un vampiro.
Béla Lugosi era una actor de orígen húngaro que había emigrado a los Estados Unidos después del fracaso de la revolución comunista de Hungría de 1919. Lugosi jugaba el rol de Dracula en la primera película hecha del "vampiro" en 1931. Su acento fuerte húngaro y su juego han creado la figura del condé enigmático. Hasta hoy le consideran a uno de los mejores actores de Dracula. Lugosi actuaba en varias películas de horror y el papel del "malo extranjero" se ha quedado pegado a su personalidad.
Lugosi hasta hoy goza mucha popularidad entre los aficionados de este género. Uno de ellos es Hartmuth Zech, un escultor y músico alemán. Zech creaba una estatua de piedra de Lugosi y con sus amigos la colocaba ilegalmente en un nicho vacío del castillo de Vajdahunyad de Budapest en 2003. Nadie se ha dado cuenta salvo algunos aficionados de Budapest y la estatua sigue en el nicho del castillo esperando la noche y las visitas de los expertos de la ciudad. (Más fotos sobre la estatua de Béla Lugosi en la página de Hartmuth Zach.) Vajdahunyad

lunes, 19 de noviembre de 2012

Zoo Humano en Budapest

Vajdahunyad

250 africanos llegaron a Budapest para "celebrar" el Milenio de Hungría en 1896 en la Exposición Universal organizada en el Parque Municipal, al lado de la Plaza de los Héroes.

Parques zoológicos humanos estaban de moda en el mundo desarrollado. Cada exposición universal tenía su propio zoo formado por africanos.


Los belgas tenían un zoo humano permanente en Tervuren, en las afueras de Bruselas. Los pigmeos tenían que vivir su vida tradicional en los lagos y canales del palacio real. Como los prohibían poner ropa moderna y el clima de Bélgica era distinto que el del ecuador, después de cada invierno era necesario importar más habitantes "voluntarios" al pueblo.


En Paris el zoo humano tenía más de un millón de visitantes al año. Allí los africanos llevaban hojas de higuera estratégicamente puestas. En Paris no solamente exhibian africanos sino también gente de la Tierra de Fuego. Chicago y Madrid también tenía su zoo humano. El de Madrid lo organizaban en el Retiro y exponían aborígenes de las Filipinas de la isla de Luzón.

En algunos de estos zoo-s humanos los africanos vivían en el mismo parque zoológico y a veces junto con los de más primates.


La situación del zoo humano de Budapest era similar: los africanos pertenecían al parque zoológico de la ciudad pero no vivían dentro del zoo sino a orillas del lago, al lado del castillo de Vajdahunyad.

Human Zoo

Los africanos venían de Costa de Oro (actual Ghana). Un ex-militar francés organizó el pueblo africano. Él después de haber retirado del servicio se dedicaba a organizar exposiciones similares. Él contrató también a los africanos entre otros sitios de París y Chicago. Otras ciudades obtenían a sus africanos de Carl Hagenbeck que era un comerciante de animales alemán que incluía hasta lapones en su inventario exótico.

Los africanos construían un pueblo entero de materiales de su tierra natal. Cada uno de ellos practicaba algún oficio. Había herreros que hacían puntas de lanza, otros hacían cestas, había unos cuantos que cocinaban. Tenían un arroyo que corría por el pueblo. Los africanos se lavaban en el pueblo y andaban prácticamente desnudos. Su cuerpo negro lo admiraba la gente de Budapest que pagaban medio forinto (aproximadamente 3 Euros) de entrada para verlos.
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Human Zoo

El pueblo estaba dirigido por el jefe de la tribu. El colaboraba con un concejo de cinco miembros. Tres de los miembros los delegaba el Parque Zoológico de Budapest, otro era el jefe y el quinto era el empresario francés.

El jefe, llamado “Betcsi” era amigo y socio del frances.  Él convencía a los de más 250 africanos de venir a Hungría y él organizaba también el resto de los viajes. Cada miembro de la tribu cobraba por la aventura pero el jefe también cobraba comisión del beneficio. La idea del zoo humano hoy en día parece terrible. En aquel entonces era algo normal y los africanos de Betcsi particibaban felizmente en zoo.

Vajdahunyad

Betcsi era un hombre extraordinario. Él vivía en la Costa de Oro al lado de una fortaleza danesa abandonada. Se dedicaba al comercio y organizar el zoo humano le parecía una idea excelente.
Frente a los pigmeos que llevaban a fuerza a Bélgica, la gente de Batcsi eran voluntarios de verdad, eran gente, familias que no tenían nada de perder. El francés y Betcsi descubrían que lo blancos buscaban lo “auténtico” y “típico” y también comprendían que los blancos no querían ver la realidad sino la realidad que imaginaban ellos.

La tribu del zoo humano no era una tribu. Eran gente de muchas tribus, eran refugiados de diferentes tribus de diferentes zonas africanas que huían a la Costa de Oro y aprovechaban la posibilidad de ganar algo de dinero antes de volver a África y establecerse en otra punta del continente.

Human Zoo

Fotos: Fotos históricas: Vasárnapi újság (1896) no. 35, pp. 575-576.
Más sobre los ZOO-s Humanos: Nicolas Bancel, Pascal Blanchard y Sandrine Lemaire: Ces zoos humains de la République coloniale, Le Monde Diplomatique (2000)