martes, 27 de noviembre de 2012

La mayor carta de amor del mundo

Madach house

Los alpinistas industriales lentamente preparaban su equipo.

Los húngaros alrededor de Deák no esperaban mucho.

- Una obra más - y a lo mejor añadían alguna frase despectiva más sobre el alcalde. Siempre el alcalde tiene la culpa.

Los alpinistas profesionalmente colgában el anuncio sobre la casa Madách que marca el inicio de una avenida peatonal planteada hace casi cien años, prometida en múltiples elecciones y hasta entonces nunca construida. Como en los 90 una torre de oficinas enmascarado de nave especial primitiva aterrizó en medio de la futura avenida, esto ya solo podría ser construida como callejuela peatonal.

El mensaje cubria la fachada entera del bloque de norte de la casa Madách que es el mayor edificio con viviendas del centro de Budapest.

Ya se podía leer el texto. No parecía a ningún anuncio. Era una carta de amor pidiendo el perdón de una tal Gika.

El chico hizo algo, algo malo y lo arrepentía. "PERDÓNAME" gritaba el anuncio.

Periodistas, telediarios y revistas en línea comentaban la carta. Se preguntaba expertos y la opinión de los expertos y periodistas coincidía que esto es parte de una campaña de markating guerrilla. Luego añadían que se aclarará todo cuando terminen el segundo anuncio.

Los obreros trepaban sobre la fachada de sur y comenzaron a montar el anuncio siguiente.

Este mensaje se lo podía considerar más enigmática. "Gika, quisiera mostrarte Bosnia que es igual de bonita que tú. Quieres casarte conmigo?"

Los expertos se reunían y empezaron a analizar el anuncio. Varios de ellos estaban convencidos que era una publicidad de Bosnia. Otros esperaban los nuevos anuncios. Marketing profesionales calculaban el coste de los anuncios en 20 mil Euros y descartaban la posibilidad que esto fuese una carta de amor real. Mad Man tampoco era un romántico.  Otros investigaban a los alpinistas que resultaban ser polacos.

Revistas femeninas optaban por la solución romántica y encontraron al autor de la carta, a un chico polaco. El chico así quiso reconquistar a su novia. El rompió con Gika y se arrepentía. Tardó seis meses en organizar la sorpresa, obtener los permisos necesarios y preparar el material

Varias húngaras querían conseguir el número de teléfono del chico y consolarle pero el solo estaba interesado en la chica.  El llegó a Budapest con un anillo de diamantes en el bolsillo.

Y Gika?
Ella simplemente decía "qué idea más simpática, pero NO".
Love Letter

lunes, 19 de noviembre de 2012

Zoo Humano en Budapest

Vajdahunyad

250 africanos llegaron a Budapest para "celebrar" el Milenio de Hungría en 1896 en la Exposición Universal organizada en el Parque Municipal, al lado de la Plaza de los Héroes.

Parques zoológicos humanos estaban de moda en el mundo desarrollado. Cada exposición universal tenía su propio zoo formado por africanos.


Los belgas tenían un zoo humano permanente en Tervuren, en las afueras de Bruselas. Los pigmeos tenían que vivir su vida tradicional en los lagos y canales del palacio real. Como los prohibían poner ropa moderna y el clima de Bélgica era distinto que el del ecuador, después de cada invierno era necesario importar más habitantes "voluntarios" al pueblo.


En Paris el zoo humano tenía más de un millón de visitantes al año. Allí los africanos llevaban hojas de higuera estratégicamente puestas. En Paris no solamente exhibian africanos sino también gente de la Tierra de Fuego. Chicago y Madrid también tenía su zoo humano. El de Madrid lo organizaban en el Retiro y exponían aborígenes de las Filipinas de la isla de Luzón.

En algunos de estos zoo-s humanos los africanos vivían en el mismo parque zoológico y a veces junto con los de más primates.


La situación del zoo humano de Budapest era similar: los africanos pertenecían al parque zoológico de la ciudad pero no vivían dentro del zoo sino a orillas del lago, al lado del castillo de Vajdahunyad.

Human Zoo

Los africanos venían de Costa de Oro (actual Ghana). Un ex-militar francés organizó el pueblo africano. Él después de haber retirado del servicio se dedicaba a organizar exposiciones similares. Él contrató también a los africanos entre otros sitios de París y Chicago. Otras ciudades obtenían a sus africanos de Carl Hagenbeck que era un comerciante de animales alemán que incluía hasta lapones en su inventario exótico.

Los africanos construían un pueblo entero de materiales de su tierra natal. Cada uno de ellos practicaba algún oficio. Había herreros que hacían puntas de lanza, otros hacían cestas, había unos cuantos que cocinaban. Tenían un arroyo que corría por el pueblo. Los africanos se lavaban en el pueblo y andaban prácticamente desnudos. Su cuerpo negro lo admiraba la gente de Budapest que pagaban medio forinto (aproximadamente 3 Euros) de entrada para verlos.
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Human Zoo

El pueblo estaba dirigido por el jefe de la tribu. El colaboraba con un concejo de cinco miembros. Tres de los miembros los delegaba el Parque Zoológico de Budapest, otro era el jefe y el quinto era el empresario francés.

El jefe, llamado “Betcsi” era amigo y socio del frances.  Él convencía a los de más 250 africanos de venir a Hungría y él organizaba también el resto de los viajes. Cada miembro de la tribu cobraba por la aventura pero el jefe también cobraba comisión del beneficio. La idea del zoo humano hoy en día parece terrible. En aquel entonces era algo normal y los africanos de Betcsi particibaban felizmente en zoo.

Vajdahunyad

Betcsi era un hombre extraordinario. Él vivía en la Costa de Oro al lado de una fortaleza danesa abandonada. Se dedicaba al comercio y organizar el zoo humano le parecía una idea excelente.
Frente a los pigmeos que llevaban a fuerza a Bélgica, la gente de Batcsi eran voluntarios de verdad, eran gente, familias que no tenían nada de perder. El francés y Betcsi descubrían que lo blancos buscaban lo “auténtico” y “típico” y también comprendían que los blancos no querían ver la realidad sino la realidad que imaginaban ellos.

La tribu del zoo humano no era una tribu. Eran gente de muchas tribus, eran refugiados de diferentes tribus de diferentes zonas africanas que huían a la Costa de Oro y aprovechaban la posibilidad de ganar algo de dinero antes de volver a África y establecerse en otra punta del continente.

Human Zoo

Fotos: Fotos históricas: Vasárnapi újság (1896) no. 35, pp. 575-576.
Más sobre los ZOO-s Humanos: Nicolas Bancel, Pascal Blanchard y Sandrine Lemaire: Ces zoos humains de la République coloniale, Le Monde Diplomatique (2000)