martes, 29 de enero de 2013
La lengua de los leones
- Dr Marschalko. En qué puedo ayudarle?
Iba a preguntarle sobre medicina y sobre nuestro caso, pero en vez de esto cambié radicalmente la conversación.
- Es pariente del escultor del siglo 19?
- Usted tiene que ser historiador o guia. Nadie más le conoce.
- Usted debe ser Sherlock Holmes.
Creo que el doctor equivocaba. Marschalkó casi se lee en húngaro como marslakó, marciano. Generaciones de niños que pasaban por el Puente de las Cadenas podían leer erróneamente el nombre del escultor de los leones en las estatuas. Luego los niños imaginaban que marcianos traían los leones.
- Todos me preguntan por que no tienen lengua - decía el doctor. (Más tarde me encontré con otro descendiente del escultor y él me contaba lo mismo.)
- Es una de las leyendas más tontas de Budapest.
- Muchos creen que es cierto.
- Mi abuelo me contaba que su padre siempre se enfadó cuando oía esta tontería. Cuando una vez le pararon en el puente por qué no tienen lengua, decía que iros al zoo, abrid la boca del león y mirad su lengua. O subid al puente a mirarlo. Los leones no son perros que estén con la lengua fuera.
A lo mejor entre los húngaros es tan popular la leyenda porque uno de los pocos helados decentes en la época del Comunismo era el helado Leo que tenía un león con la lengua fuera.
Los de más helados los vendían congelados y dulces. En esto se acabaron las semejanzas entre los helados reales y los helados de las tiendas. El Leo era algo mejor, pero una mujer con algo de autoestima hacía helados en casa. O iba al Gelato que era una de las pocas heladerías buenas de Budapest (Las mejores eran el Butterfly, el Ruswurm, el Gelato y el Hópehely - cristal de nieve. Las primeras tres heladerías siguen abiertas hasta hoy.)
La leyenda del león es una de las leyendas más persistentes de Budapest. Varios guías hasta hoy cuentan la anécdota como história verídica. La historia de las lenguas aparece impresa en varios libros de viaje y guías turísticos. La historia por alguna razón intriga más la subconsciente de los turistas que la vida de Sisi. Mientras pocos parecen estar preocupados por la historia de la estatua ecuestre de Radetzky en Viena donde efectivamente faltaba una pieza clave de la silla de montar y la tenían que reparar la estatua porque todos los vieneses estaban riéndose del mariscal. Y nadie pregunta en Viena desesperadamente qué pasa con la silla de montar del mariscal.
Según la leyenda el joven zapatero Frick Jakab descubrió el error de la estatua. Lo había contado a todos y el escultor avergonzado se tiró al Danubio y llegó a ser el primer suicida del Puente de las Cadenas. Curiosamente uno de los contraargumentos de construir más puentes sobre el Danubio fue que estos invitarían a los suicidas.)
Frick fue tan famoso que cuando falleció aparecían necrólogos largos sobre el zapatero en las revistas húngaras.
Los leones tienen lengua - hay que subir y mirarla. En uno de los leones de Buda la lengua se ve desde la acera: algún disparó dañó la dentadura del animal y el hueco hace visible la lengua.
A pesar de ello la leyenda sigue y con frecuencia los turistas preguntan por qué no tienen lengua los leones.
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Ubicación:
Lipótváros, Budapest, Hungary
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